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Los adoradores del azar y los de Dios

Los adoradores del azar y los de Dios
una propuesta para arrancar el monopolio del azar a los ateos

  • ISBN: 9788447215560
  • Editorial: Universidad de Sevilla
  • Lugar de la edición: Sevilla. España
  • Colección: Colección de Bolsillo
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 23 cm
  • Nº Pág.: 368
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
15,00 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

¿Qué relación hay entre la noción de zar y la de un Dios creador de todo lo existente? ¿Son incompatibles o cabe concebir un universo con azar y con Dios? El azar sólo era el resultado indeseable dela impericia humana para los técnicos primitivos y los magos, pero en los mitos aparece personificado en una diosas caprichosa que influía en las vidas de los humanos. Los fílosofos despersonalizaron las explicaciones y aplicaron la noción del azar a los animales y al Universo entero. Surgieron tres escuelas principales: la que lo identificaba con una ignorancia salvable, con una ignorancia insalvable o con un componente objetivo de la realidad. El azar era lo inexplicable y lo que carecía de causa y de objetivo. Las ciencias naturales lo identificaron con lo impredecible e incontrolable y las ciencias formales con lo que no se deja resumir no computar, relacionándolo con las proposiciones indecidibles, cuya verdad no se puede refutar ni demostrar.

La idea de un Dios creador tiene una larga historia que se remonta a la temprana creencia en que la consciencia sobrevive a la muerte corporal, que se amplía para incluir a diversas personas incorpóreas, como los demonios, los ángeles y los dioses. El fracaso de la magia conduce a las religiones politeístas, pero algunos filósofos descubren el deísmo: la idea de un Ser Supremo desligado de cualquier religión presente en un Universo eterno. Los judaicos acaban por adoptar la religión de un Dios único y creador, una idea que se mantiene en el cristianismo y el islamismo. Surge incluso un deísmo creacionista.

Tras domesticarlo con ayuda de la teoría de las probabilidades, el azar pasó a formar parte de las principales teorías de la Física, la Biología y la Antropología. Se puso de moda decir que Dios era superfluo, e incluso inexistente, porque todo se podía explicar con ayuda de lo aleatorio, una idea paradójica puesto que el azar es inexplicable. Sin embargo, ya los antiguos habían proclamado que el azar no era sino el lenguaje de los dioses y nada obliga a los creyentes en un Dios creador a renunciar a las explicaciones basadas en el azar: puede que no sea sino otra de las formas de actuar de Dios. Sería oportuno ampliar la Teología al campo de lo aleatorio para armonizarla mejor con las ciencias modernas.

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