El pensamiento de Benedicto XVI
- ISBN: 9789871300099
- Editorial: Libros de la Araucaria
- Fecha de la edición: 2007
- Lugar de la edición: Buenos Aires. Argentina
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 23 cm
- Nº Pág.: 222
- Idiomas: Español
Clonación «El hombre es capaz de producir en laboratorio otro hombre que por tanto no es ya don de Dios o de la naturaleza. Se puede fabricar y, lo mismo que se fabrica, se puede destruir». Si este es el poder del hombre, entonces «se está convirtiendo en una amenaza más peligrosa que las armas de destrucción masiva». Debate en el Centro de Orientación Política de Roma. Octubre 2004. Cristianos y Musulmanes «Se ha dicho que la Constitución europea no podía hablar de las raíces judeocristianas para no ofender al Islam. Pero lo que ofende al Islam es el desprecio de Dios, la arrogancia de la razón que provoca el fundamentalismo». Debate en el Centro de Orientación Política de Roma. Octubre 2004. Fe y Razón «La razón no es enemiga de la fe, al contrario. El problema es cuando hay desprecio de Dios y de lo sacro». Debate en el Centro de Orientación Política de Roma. Octubre 2004. Marxismo «La doctrina de salvación marxista, en definitiva, había nacido en sus numerosas versiones articuladas de diferentes maneras, como una visión única y científica del mundo, acompañada por una motivación ética y capaz de acompañar a la humanidad en el futuro. Así se explica su difícil adiós, incluso después del trauma de 1989». «Basta pensar en lo discreta que ha sido la discusión sobre los horrores de los "gulags" comunistas, y en lo poco que se ha escuchado la voz de Alexander Solzjenitsin: de todo esto no se habla». «El silencio ha sido impuesto por una especie de pudor. Incluso se menciona sólo de vez en cuando al sanguinario régimen de Pol Pot, de pasada. Pero ha quedado el desengaño, junto a una profunda confusión. Ya nadie cree hoy en las grandes promesas morales». «El marxismo se había concebido en estos términos: una corriente que auspiciaba justicia para todos, la llegada de la paz, la abolición de las injustificadas relaciones de predominio del hombre sobre el hombre, etc.», afirmó. «Para alcanzar estos nobles objetivos se pensó en que había que renunciar a los principios étic