El lector tiene ante sí un completo y excelente libro sobre el «estatuto jurídico de los menores inmigrantes». Los menores son sujetos especialmente débiles y vulnerables. En tal sentido, interesa recordar que, al tiempo, los derechos fundamentales (y no sólo los derechos de carácter eminentemente social) son la «garantía del más débil» (lo que, oportunamente, ha realzado Luigi Ferrajoli), y esto exige una especial atención y tratamiento tanto por parte del legislador como de la doctrina jurídica. Tanto más si a ello se le añade la interferencia del fenómeno de la inmigración, el racismo, la xenofobia, su posición jurídica (debilitada, por definición) como extranjero ante la expulsión, la devolución al país de origen, y un largo etcétera de cuestiones altamente controvertidas. No es de extrañar que a la protección de los menores y niños se les otorgue una singular tutela en la normativa internacional general (Señaladamente, la Convención de derechos del niño de la ONU de 1989), de la Unión Europea (art. 24 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, con rango normativo equiparable a los Tratados de la Unión en virtud del art. 6.1 del TUE) y en el ordenamiento jurídico de nuestro país (Constitución española, art. 39, Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor). Es obvio que en aspectos harto significativos de la realidad social y jurídica existen diferencias considerables entre la situación específica de los menores, y una de ellas, altamente relevante, es su conexión con el fenómeno migratorio. Es precisamente, esta última situación socio-jurídica la que centra la atención de esta investigación. La pertinencia de esta investigación es manifiesta, pues de los sujetos que componen la inmigración se viene realzando la última década un nuevo protagonista migratorio: los menores de edad extranjeros.