El autor proyecta su dilatada experiencia profesional como juez, abogado y catedrático de derecho procesal para ofrecer una visión de la problemática presente bajo un prisma crítico a la luz de sus propias dificultades y de los acontecimientos actuales que proporcionan un panorama preocupante a la vez que sorprendente, por el desconocimiento de la exigencias constitucionales y por inseguridad jurídica del sistema, entendiendo que las claves se encuentran en las personas que se encargan de la Administración de justicia y especialmente del juez y del abogado, como principales protagonistas de los juicios. Hace alusión a su planteamiento tradicional en la figura Francisco Beceña, para detenerse después en la relación de la metodología de la sentencia con la formación de los jueces, porque en ellos esta la clave. Añade consideraciones sobre el poder el Tribunal Supremo con verdaderas decisiones contra ley, para pasar en el capítulo de «La justicia invertebrada» a ofrecer el lamento de muchos juristas de pié por la situación. La falta de orientación y verdadero interés en la su resolución. Luego relata algunos casos corrientes que acreditan como están las cosas, para terminar con la reseña de algunos acontecimientos forenses de la actualidad muy significativos.