La transformación de un régimen autocrático que durante varios decenios intentó conformar a la sociedad, tiene muy pocas posibilidades de llegar a configurarse como un sistema democrático, las élites del régimen en transformación y las élites que instan el cambio, propenden a un statu quo en el que la sociedad no es el referente de legitimidad del sistema. La Transición política española, con síntesis en la Constitución de 1978, incorporó este condicionante, agravado por la pervivencia de una legislación electoral y una desregulación de los partidos politicos, que identifica el sistema como partitocrático. El cuarenta aniversario de la Constitución permite apreciar -con la colaboración de una perversa pandemia- la pervivencia, también perversa, del principio de “unidad de poder y coordinación de funciones” que fundamentó la Ley Orgánica del Estado de 1967. Este libro incorpora reflexiones y propuestas para consolidar la Constitución de 1978, mediante la legitimación social de sus instituciones y la transformación de la partitocracia en democracia.