La distinción entre bandido y héroe es, en las naciones que aspiran a la libertad o que recién la han perdido, tan tenue como para ser imperceptible, y después del despojo sufrido por México enla injusta guerra que nos declararon los Estados Unidos de América, no era sino natural que surgiesen en los inmensos territorios robados, estos Robin Hoodes que se negaban a acatar las leyes apenas impuestas, pues a ladrón, ladrón y medio. La vida de Joaquín Murrieta, envuelta en el halo de misterio y de la tragedia, nos permite vislumbrar estas condiciones de expcepción que rigieron ese expolio que aún llaman 'La conquista del Oeste'; son importantes, en parte, porque arrojan luz sobre la cruda realidad del crimen que los norteamericanos se encargaron de dramatizar y fabular. La vida de este mexicano fuera de la ley escrita por un indígena es un testimonio inapreciable que, para poder formarse un juicio, es preciso leer.