La monografía aborda un problema que ha adquirido una notable transcendencia en la reciente realidad jurídico-política española: el de la necesidad de llevar a cabo la modificación de la vigente Constitución, y la determinación de hasta dónde pueden llegar los poderes del Estado en su decisión manteniéndose en el ámbito de la actuación legítima. La actual doctrina española, heredera de las concepciones tradicionales en el constitucionalismo europeo, se encuentra ampliamente dividida al respecto. Punto de partida del estudio es la concepción, que, aunque no siempre bien aceptada, se deriva de la operatividad real y auténtica conciliación del dogma político de la soberanía del Pueblo y del dogma jurídico de la supremacía de la Constitución, de que siendo la revisión de la Constitución un instituto de defensa de la Ley Constitucional vigente en el Estado, el poder de reforma, en cuanto que, aunque extraordinario, poder constituido que es, siempre encontrará una serie de límites materiales en el contenido de su voluntad, De esta suerte, lo que sucede es que cuando las circunstancias históricas determinen la necesidad de operar en la normativa fundamental cambios que exceden la capacidad legitima de actuación del poder de revisión, la única posibilidad real de acometer tal transformación será la de la apertura de un proceso revolucionario, cuyo protagonista no puede ser otro que el Pueblo actuando como Poder Constituyente originario.