La investigación histórica, con base en los testimonios conservados, de la vida y obra de Pitágoras, nos muestra las dos vertientes presentes a un tiempo en su pensamiento: la ciencia y el misticismo. Su labor de reformador de la religión griega, émulo del más antiguo Orfeo y en pugna con la nueva religión de Dioniso instaurada por los tiranos del siglo VI a.C., no debe oscurecer el legado científico de su enseñanza. Pitágoras cambió, sin duda, la cosmovisión de griegos e ítalos al concebir esféricos los planetas y estrellas, descubrió las razones matemáticas de la armonía musical, creó la teoría geométrica de las dimensiones y postuló, por vez primera de forma clara, la idea de la infinitud del universo y la problemática imagen asociada de la infinita divisibilidad. La intención del estudio es mostrar los inicios de la cosmología, con una especial incidencia en la relación entre la escuela de Elea y la pitagórica al objeto de entender contra qué teoría reacciona el Poema de Parménides y la concepción del espacio y del tiempo atacada en las famosas paradojas de Zenón. El libro se inscribe en una trilogía presocrática dedicada a los arcanos de la religión, la filosofía y la ciencia en Occidente.