El sentido estético del modernismo impregnó todas las artes, pero fue en la arquitectura y en las artes decorativas y gráficas donde destacó especialmente. La nueva burguesía, nacida con la pujanza de la industria y el comercio (en el caso de Novelda, basado principalmente en la piedra, la uva y las especias), apadrinó aquella estética como un signo distintivo de clase y de modernidad, lo que le permitió ganar presencia rápidamente en todo tipo de objetos de la vida cotidiana: publicidad, envases comerciales, mobiliario urbano (quioscos, farolas, bancos...) y, por supuesto, también en sus fábricas y casas.

A partir del legado que aquella burguesía comercial nos dejó en Novelda, este libro pretende ofrecer al lector una descripción tan detallada como divulgativa de los motivos temáticos y los recursos estéticos y simbólicos del modernismo, desde los genéricos que caracterizan esta corriente de alcance internacional y que podemos encontrar en ciudades como Barcelona, París o Viena (líneas onduladas, figuras femeninas, flores y animales exóticos, motivos orientales...) hasta los que son más exclusivos de la ciudad del Vinalopó (pámpanos, uva, azafrán...). Una simbología y un modelo estético que, más de un siglo después, todavía nos resultan fascinantes.