Doce años de experiencia en mediación prejudicial obligatoria en la justicia nacional con asiento en la ciudad de Buenos Aires, impulsan esta obra que es una reflexión acerca de la práctica cotidiana y también sobre muchos de los institutos creados por la norma. Se trata de una política pública sobre resolución pacífica de conflictos que aspiró a provocar un cambio cultural previendo la resistencia a la mediación. Este ha sido el camino por el que esta recorrió su aplicación en el ámbito del Derecho. Abrevaya analiza con agudeza la obligatoriedad, las materias mediables, los controles, la calidad, así como el sistema de notificaciones y la matriculación de los mediadores. También aporta, por primera vez, un análisis del impacto de la norma desde el punto de vista cuantitativo aportando datos estadísticos. Desde su trayectoria como mediador prejudicial y luego como Director Nacional de Mediación, ha podido desde los dos lados de la profesión palpar su funcionamiento, lo que aun hoy sigue haciendo mediando cotidianamente, en el ejercicio de su profesión. La Mediación Prejudicial obligatoria tramitó a la fecha casi un millón de llamados a primer audiencia de mediación, y sin embargo esta circunstancia no ha empujado aun una reforma legislativa que modifique el régimen actual recogiendo semejante experiencia. Por el contrario sigue prorrogándose la ley de origen sin definir el nuevo escenario. Esta obra pretende hacer un aporte para ese debate y coadyuvar en otras latitudes a nuevos desarrollos similares de mediación prejudicial o judicial.