La milicia nacional fue el "brazo civil armado" de la "revolución liberal decimonónica en España". Establecida con carácter "forzoso" por Las Cortes de Cádiz en la Constitución de 1812, pretendía ser una milicia civil, organizada militarmente. Se organizó básicamente por municipios y estuvo controlada y apoyada económicamente por los ayuntamientos. Sin embargo, sólo 18 de los 360 pueblos que formaban parte de Extremadura tenían su milicia debidamente organizada. Fue la Diputación de Badajoz la que procuró controlar a estos milicianos y en una circular del 1 de enero de 1823 urgió a aquellas localidades de las que se desconocía su estado de fuerzas a que le remitieses dicha información, según informó la institución provincial en una nota. El trabajo de Naranjo Sanguino analiza la milicia nacional correspondiente a Badajoz, la más grande y poderosa de Extremadura. A través de las páginas del libro se estudia su estructura militar y el perfil de los milicianos nacionales y mandos, así como la representatividad económica, social y política que los soldados tuvieron en aquella época. Para finalizar, el autor profundiza en la milicia nacional de la ciudad de Badajoz como institución y proceso de disolución en 1844 por los conservadores. Recoge, además, varios mapas de la ciudad y un apéndice con los nombres de los milicianos nacionales de Badajoz en el año 1842.