En este libro de Antonia Heredia los valores históricos y arquitectónicos del edificio de la Lonja de Mercaderes quedan fuera de toda discusión. Los segundos han sido analizados desde un punto de vista histórico, al entender que la Lonja no puede ser comprendida sin conocer las instituciones por las que se creó y para las que se utilizó.

En la historia del edificio se analizan dos momentos, el de su constitución, entre 1583 y 1646, vinculado al comercio y a su asociación más representativa, el Consulado de Cargadores a Indias, y el de su restauración y rehabilitación para Archivo de Indias. Ambos quedan ensamblados por un tercero, complementario, de obras menores y de exorno, que permitieron alargar una existencia enferma y dar oportunidad a su recuperación.

Desde Juan de Herrera a Fer­nando Villanueva, los arquitec­tos más representativos de la ciudad han dejado la impronta de su creatividad o la huella de su trabajo. El calificativo de 'alhaja sin igual', que le daba Juan Bautista Muñoz que, sin duda, alude al local y al contenido que alber­ga, da pie a un breve análisis de ese tesoro documental para el que la Lonja es el cofre más adecuado.