La protección del medio ambiente desde instancias internacionales, como reacción a la explotación indiscriminada de los recursos naturales, sobre los que el progreso económico se ha sustentado y servido desde los orígenes de la industrialización, y la convicción universal de la necesidad de reintegrar las externalidades negativas, de cualquier naturaleza, que genera el Estado del bienestar material, son fenómenos que, apenas tienen unas décadas, en su haber. Sin embargo, la problemática medioambiental en general, y de los residuos, en particular, como revelan los antecedentes históricos, y confirma el conocido adagio ambientalista <>, ha tenido y tiene como verdaderos protagonistas a los Municipios. En efecto, la tutela ambiental municipal, a través de la atribución legal de competencias en materia de recogida y tratamiento de basuras, se ha revelado como la vía más adecuada para solventar los problemas derivados de la degradación del ecosistema urbano. En los Municipios se generan los más importantes problemas ambientales y, en consecuencia, sobre ellos va a recaer la responsabilidad, no sólo de dar a las externalidades negativas que se generan los núcleos de población, esto es, los residuos, los destinos más adecuados de acuerdo con sus características, sino de velar por la protección integral del medio ambiente urbano. Pues bien, desde una visión eminentemente práctica, el presente estudio identifica y analiza pormenorizadamente las competencias que actualmente ostentan los Entes Locales en la secuencia de gestión de los residuos sólidos urbanos, así como las modalidades de participación de los Municipios en la gestión de los residuos de envases. Pero también van a ser objeto de atención otros extremos igualmente relevantes, entre los que destacan el rol que van a desempeñar las Comunidades Autónomas en la secuencia de gestión, así como las técnicas de fomento que, en materia de gestión, arbitra la actual legislación en materia de residuos.