Dice el profesor Rams Albesa, prologuista de esta obra, que la dación en pago es “un supuesto más del triunfo de la autonomía de la voluntad sobre el incumplimiento puro y simple y el empleo de procedimientos destinados al cumplimiento forzoso”. Con ella, un “acreedor razonable –añade- conviene y acuerda con su deudor (que quiere preservar tanto su crédito como su calificación de solvente) que el pago liberatorio de una obligación (normalmente pecuniaria) se efectúe con la entrega de otro objeto útil al acreedor de manera que al hacer efectiva esa recepción se reconozca para ésta valor de pago liberatorio; es decir, con el mismo efecto extintivo que si se hubiere pagado con la cosa inicialmente debida”.

En los tiempos que corren, cuando la dación en pago ha recobrado una actualidad hasta hace poco impensable merced al intento perseguido por determinados sectores de utilizar sus mecanismos como fórmula de extinción de la deuda gravada con hipoteca, y cuando ello mismo hasta es llevado a los programas electorales de no pocas formaciones políticas, es precisamente cuando se hace más conveniente una previa revisión general del instituto, de su naturaleza jurídica y ámbito de aplicación, distinción de figuras afines, sus elementos configuradotes y las consecuencias del incumplimiento de la dación.