Tras la Guerra Civil, Teruel es una ruina y un símbolo. Regiones Devastadas, organismo creado durante la contienda por el gobierno de Franco, se encargará de la reconstrucción de Teruel. Su objetivo será reordenar su urbanismo y arquitectura adecuándolos a las necesidades de una ciudad moderna y a las exigencias representativas del nuevo Estado.

Según las teorías del momento, el espacio de la ciudad se limita según sus funciones, destacando de manera especial aquellos lugares donde se hace presente el poder institucionalizado del régimen franquista. La arquitectura se debate en la búsqueda de un estilo que defina la ideología de los vencedores. Las ideas claves serán Tradición e Imperio. Pero si desde Madrid los intentos por lograr una arquitectura nacional se materializan en remedos de El Escorial, y en general de la arquitectura herreriana y neoclásica, en Aragón, y más concretamente en Teruel, el prototipo a imitar será la arquitectura señorial del siglo XVI.