Este libro, que publico hoy en unión con mi querido discípulo el Dr. Quintanar Díez, es un libro para la iniciación al estudio de la parte general del Derecho penal. Se recoge en él, el pensamiento que he mantenido desde siempre, esto es, el sistema que ahora se denomina neoclásico y que sostuve científicamente en mis primera oposiciones de cátedra del año 1963, en la entonces llamada Memoria sobre el concepto, método y fuentes del Derecho penal. En casi medio siglo de estudio y experiencia docente, y ante los Tribunales de justicia, se ha ido confirmando la bondad, por mí personalmente verificada, de cuanto aprendí, con toda humildad y me enseñaron con sinpar modestis, grandes penalistas españoles y extranjeros. Este libro es un libro para el estudio y comprensión de los problemas fundamentales del Derecho Penal, parte general. De ahí, la modestis de su titulación, simplemente instituciones. No queremos que refleje ninguna vanidad. Hemos prescindido de inútiles aparatos bibliográficos, de citas aparentes y de saberes no estendidos, ni menos aplicativos. Este es un libro que pretende, a corto, a medio y a largo plazo, que las resoluciones judiciales de España sean más justas, más humanas y más respetuosas con la dignidad de la persona, desde su tratamiento procesal, hasta su sentencia final, sin olvidar el llamado "tratamiento penitenciario"que, como diría el siempre benemérito catedrático de las universidades de Milán y de Roma,a la hora de la verdad se constituye en el corazón de toda reforma penal. En España, un codigo penal, más o menos novedoso, con gran aparataje de medidas de seguridad, y unas leyes penales que dicen regular la "responsabilidad criminal" (sic) de los adolescentes, no han sido suficientes para que a pesar de la existencia demagógico, cuando no simplemente, retórico pacto de Estado entre los partidos mayoritarios, pues no se haya llevado a cabo ninguna dotación de importancia en cuanto a centros penitenciarios, ni plazas de personal administrat