Se trata de un documento eminentemente práctico y útil para quienes son sus principales destinatarios: las y los concejales electos que van a asumir la responsabilidad de gobierno u oposición en los miles de ayuntamientos de toda España. Es, por tanto, una guía funcional, que ha huido intencionadamente del academicismo.

Para su realización hemos tratado de situarnos en la posición de un “concejal tipo”, sin específicos conocimientos técnicos, que afronta con buen ánimo su tarea, deseoso de poner en práctica sus ideas o compromisos, pero que, al mismo tiempo, comienza a plantearse dudas o cuestiones sobre la organización y el funcionamiento de la institución, el personal que presta sus servicios en ella, la legalidad de los contratos, la compleja ordenación urbanística, las competencias, el presupuesto y la hacienda locales, etc.

Por consiguiente, con esta Guía lo que se persigue es resolver, de manera breve, clara y sencilla, aquellas dudas que previsiblemente a cualquier “concejal tipo” podrían surgirle en el ejercicio cotidiano de su función.

La sistemática de la Guía responde a una clasificación material en la que se encuadra la mayor parte de las cuestiones que hay que afrontar en la gestión municipal, desde las internas a la propia organización y su funcionamiento, pasando por las que tienen que ver con el personal, funcionarial o laboral, que presta servicios en ella, la contratación, el urbanismo, la ordenación del territorio y el medio ambiente, los bienes de las entidades locales, los servicios públicos locales y la economía, la hacienda pública y los presupuestos, hasta llegar a las diputaciones provinciales, que, sobre todo en el caso de los pequeños y medianos municipios, cumplen un papel de asistencia y cooperación esencial para los mismos.

Dentro de cada epígrafe se han formulado aquellas preguntas que cabe imaginar que un “concejal tipo” se puede plantear, procurando ofrecerles una respuesta directa e igualmente sencilla. Eso conlleva el riesgo de que se pierdan por el camino matices, pero nos pareció preferible supeditar la problematización a la claridad y la sencillez. Al fin y al cabo, no se trata de un libro doctrinal, en el que sí tendrían cabida reflexiones de ese tipo, sino de una Guía de carácter esencialmente práctico.