Por ser este un texto sobre federalismo, lo es también sobre la libertad y la convivencia: sobre el uso de la libertad para la convivencia. Porque el federalismo es el mejor sistema para armonizar intereses e ideas contrapuestos o simplemente diferentes, siendo su objetivo la concordia, y con ella la paz y el progreso a los que toda sociedad aspira. Paz, progreso, concordia: términos que son, hoy, de necesaria y urgente aplicación en España, tanto en lo que hace a la cuestión territorial como a los asuntos ciudadanos. Porque el federalismo que aquí se postula es un federalismo ciudadano, un federalismo activo, cotidiano, natural, soporte de un Estado cuyo carácter social, democrático y de derecho sea incuestionable. Nuestro país vive un momento histórico y sociopolítico complicado. Podría decirse que está atravesando por una crisis cívica y política importante, sobre la que sobrevuela un considerable desbarajuste identitario. Pero no se trata de una crisis insuperable. Todavía son posibles el acuerdo y la concordia. La propuesta federalista nos muestra un camino factible para alcanzarlos y un horizonte de paz y progreso.