El Real Monasterio Cisterciense de Santa María de Piedra fue fundado por iniciativa de Alfonso II de Aragón en 1195. Tras haberse emplazado en Cilleruelos (Teruel), en 1194, los monjes se instalaron provisionalmente en el paraje de Piedra Vieja (Zaragoza), en 1195, hasta su definitivo emplazamiento en Piedra Nueva, su actual ubicación, cuya iglesia se consagró en 1218. El próximo 2018 se conmemora la efeméride de los 800 años de Historia y Arte en la abadía de Piedra. Del monasterio de Cilleruelos se conservan los restos de una pequeña iglesia del siglo XIII, que mantuvieron los cistercienses como priorato. En Piedra Vieja se edificó una ermita, cuyo edificio del siglo XVIII llega a nuestros días y ayuda a marcar la posición de un interesante yacimiento arqueológico, el castillo taifa del siglo XI de Piedra Vieja. El Monasterio propiamente dicho es una obra construida a lo largo de los siglos XIII y XIV, ampliado sucesivamente en los siglos XV, XVI y XVII. Está amurallado, conserva la torre puerta, la iglesia abacial y el claustro góticos, con ampliaciones renacentistas y barrocas, especialmente opulentas las del siglo XVIII. El libro analiza la fundación e historia de la abadía, los personajes históricos más relevantes que allí vivieron, los protectores que tuvo el cenobio (Monarcas de Aragón y Castilla, Pontífices, prelados, miembros de la nobleza local de Calatayud, Daroca y Molina...), así como la evolución de la arquitectura y la dispersión de su patrimonio artístico tras la desamortización, en 1835, para concluir que el Monasterio de Piedra, enclavado en un paraje de naturaleza singular, con cascadas, frondosos bosques y cañones pedregosos, fue una de las abadías cistercienses masculinas más importantes de la Corona de Aragón.