Este libro analiza el desarrollo del Derecho del Trabajo en España a lo largo del siglo XX, relacionando las perspectivas histórica, política y jurídica. En particular, el análisis de la normativa de seguridad y salud en el trabajo revela que su desarrollo no es progresivo ni lineal, constituyéndose en un indicador de los avances y retrocesos democráticos. La democracia política tiene su razón de ser en la superación de la desigualdad, objetivo inseparable de la mejora de las condiciones de la vida y de trabajo de las mayorías asalariadas. Su desarrollo corre parejo a la intervención democrática del Estado en las relaciones sociales, identificándose dos formas de intervención pública diferentes, según los regímenes políticos vigentes en cada momento. De un lado, ejercida durante la etapa del reformismo social en la última fase de la Restauración, la Segunda República, y en especial a partir de la transición democrática, en que la seguridad en el trabajo se configura como un derecho de los trabajadores tutelado por los poderes públicos y una obligación correlativa del empresario, que cristaliza en el amplio deber de prevención. Y de otro, la practicada por los dos regímenes dictatoriales que sufre España en el siglo XX, la dictadura de Primo de Rivera y el franquismo, que colocan a las instituciones del Estado al servicio de la producción y el aumento del rendimiento individual, lo que dispensa en gran medida al empresariado de sus obligaciones de seguridad (lo que se denomina en el texto responsabilidad difusa). De este modelo autoritario, que impregnó la legislación laboral, ha sido lento y difícil desprenderse enteramente. Es más, las propuestas neoconservadoras vigentes en las últimas décadas, contrarias a la intervención de los Estados en la regulación laboral y empeñadas en la exclusión de la cobertura del Derecho del Trabajo, ponen en cuestión muchos de los avances democráticos.