Argumentación e interpretación
la motivación de las decisiones judiciales en el Derecho peruano
- ISBN: 9789972043604
- Editorial: Editora Jurídica Grijley
- Fecha de la edición: 2011
- Lugar de la edición: Lima. Perú
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 22 cm
- Nº Pág.: 359
- Idiomas: Español
El libro habla de cosas que cualquier abogado conoce, porque forma parte de su profesión, ya que aborda problemas relativos a la aplicación judicial del Derecho, a la interpretación y, en general, al razonamiento jurídico. Por ese motivo no aspiro a dar lecciones o enseñanzas de ningún tipo. Mucho más modestamente, me daría por satisfecho con dos cosas. La primera, poniendo nombre a algunas de las cosas que los abogados hacemos, con la intención de efectuar algunas aclaraciones terminológicas, ya que considero que en muchos debates jurídicos subyacen discrepancias que tienen un origen meramente lingüístico. Mi segunda intención es proporcionar algunas ideas que faciliten a los operadores jurídicos una nueva perspectiva para reflexionar sobre su propia actividad, abandonando viejos conceptos y nociones inservibles para entender adecuadamente el Derecho actual. Para ello me atreveré incluso a emplear preceptos del Derecho peruano y a proponer algunas interpretaciones del mismo.
Aunque en la obra se habla sobre todo de los jueces, creo que puede ser de interés para cualquier operador jurídico por varios motivos.
En primer lugar, porque cualquier profesión jurídica, salvo tal vez la académica, puede acabar debiendo acudir ante un Tribunal, por lo que es interesante y útil conocer los criterios judiciales. Ello forma parte de las obligaciones de cualquier buen profesional.
En segundo lugar, y desde un plano más teórico aunque seguramente más importante, porque el artículo 138 de la Constitución Peruana, del mismo modo que la mayoría de las Constituciones democráticas, establece que la potestad de administrar justicia emana del pueblo, por lo que este, a través de sus abogados, debe tener garantizado el derecho de controlar el ejercicio de ese poder y el primer paso es conocerlo.
Por último, creo que el estudio de la aplicación judicial del Derecho posee un interés general, ya que no es tan diferente el trabajo de un juez, el de un abogado litigante o el de cualquier otro profesional del Derecho. Es verdad que el juez decide y el resto básicamente propone decisiones, pero a la hora de razonar, de argumentar, no hay tantas diferencias entre unos y otros. Por eso, creo que no hay grandes dificultades para aplicar lo que se hable de los jueces al razonamiento de otros abogados.
Mi objetivo ha sido más formular preguntas, plantear dudas, que ofrecer soluciones, pero con el convencimiento de que este es el primer paso para hacer un Derecho y una función jurisdiccional mejor, que es tanto como colaborar o construir una mejor sociedad, más justa y más democrática, tarea que indudablemente merece la pena emprenderse.