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Velázquez en Italia

Velázquez en Italia
entre Luigi Amidani y Juan de Córdoba

Papel: Cartoné
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Resumen

Diego Velázquez (1599-1660), además de llegar a ser Pintor de Cámara de Felipe IV, desempeñó varios cargos para su rey. Entre otras muchas cosas se encargó de la decoración de las dependencias del Alcázar Real.

En su biografía son muy importantes los dos viajes que hizo a Italia adonde llegó por primera vez (1629-1631) para cumplir el deseo de Felipe IV de obtener copias de maestros célebres. Viajó por segunda vez (1649-1651) con el cometido de adquirir obras de arte antiguo que incrementaran la colección de arte del monarca en el Alcázar. El pintor contrató la compra de varias esculturas clásicas. Debido a que era muy difícil la adquisición de originales, optó por la reproducción de las más importantes mediante la técnica del vaciado en yeso o en bronce.

Se ilustra el primer viaje de Velázquez a Italia con los diez Martirios de los Apóstoles, que tras una primera atribución a Tintoretto y otras posteriores, estudios recientes los consideran obras de Luigi Amidani (Parma, 1591- d.1629), que acompañó a Velázquez en ese primer viaje. A su lado vemos la única copia que se conserva de Velázquez, de la Última Cena de Tintoretto (1629). Contemplamos también el dibujo a lápiz, Retrato del Cardenal Borja, a quien Velázquez conoció en Roma.

Y el Felipe IV (1656) del taller del pintor. Todas ellas obras conservadas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Algunas de las esculturas que Velázquez trajo de Italia, entre ellas treinta y cinco vaciados en yeso, adquiridas durante su segundo viaje a mediados del siglo XVII, se perdieron en el incendio del Alcázar en la Nochebuena del año 1734. En la Real Academia de Bellas Artes se conservan siete:

Las espléndidas Flora y Hércules –que tras su paso por el patio han vuelto a su lugar en el zaguán de entrada al Museo–, y otras cinco obras que se exponen en esta singular muestra. De todas ellas se conocen detalles de los contratos que firmaron el propio Velázquez, el agente Juan de Córdoba que acompañaba al pintor, y el escultor Giuliano Finelli. Son el Gladiador combatiente, Sileno con Baco niño (los originales se encuentran en el Museo del Louvre);Ariadna dormida (original en el Museo Vaticano).La bella Ariadna estuvo en la Galería del Cierzo del Alcázar hasta el incendio de 1734. Tras la creación de la Academia de Bellas Artes por Felipe V en 1744, la escultura fue una de los primeros vaciados en ser instalados en su sede, la Real Casa de la Panadería en la Plaza Mayor, para ser utilizada en la formación de los alumnos. También se exponen Hermes Loghios (original en el Museo Nacional Romano) y Nióbide corriendo (en el museo de los Uffici).

La estrella invitada que ilustra este segundo viaje es el retrato de Juan de Córdoba, que Velázquez pintó hacia 1650.

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