Las estadísticas son el modo más eficaz de influenciar la opinión pública. Pero las estadísticas son construcciones sociales y productos de la actividad humana, lo que significa que hay que tener una actitud crítica y analítica ante los números, preguntándonos quien contabilizó qué cosa, cómo y por qué lo hizo. Por naturaleza, las cifras no son objetivas y, por ende, no constituyen evidencias indiscutibles. Se usan para moldear el modo como entendemos los asuntos públicos, a veces apoyando causas específicas, y otras, creando temor. Para evitar la trampa del analfabetismo estadístico y no caer en manos de los fabricantes de opinión, debemos conocer seis categorías de cifras: Números que faltan, números engañosos, números que asustan, números acreditados, números mágicos y números conflictivos. Una descripción crítica, vivaz y amena, donde el autor utiliza estadísticas actuales sobre matanzas en escuelas, errores intrahospitalarios fatales, matonaje escolar (bullying), ranking de universidades y otros ejemplos relevantes ante la opinión pública, para ejemplificar las manipulaciones y errores más comunes.