Gracias a una amplia bibliografía y a exposiciones anteriores, conocemos bien la importancia de Santiago de Compostela, de la ruta jacobea y del flujo de peregrinos, durante la Edad Media, como centros y catalizadores de una red europea de conexiones que facilitó intercambios religiosos, culturales, sociales y económicos. Aun siendo éste el arranque de la potente tradición jacobea, y uno de sus activos más valiosos, al elevarse a Santiago a la categoría de fuerte vínculo de caracter europeísta, la trascendencia del Santo en la historia no se ha circunscrito al auge medieval. Así, durante la Edad Moderna, el que se convertiría en patrón de España adquiere algunos de sus rasgos más acusados, que perviven, de una u otra forma, en la actualidad. Es en la época Moderna cuando se extiende la idea de Santiago como patrimonio compartido en el imaginario de los españoles, cualquiera que sea su origen geográfico; y es también entonces cuando la Monarquía española se fija en el fenómeno jacobeo y la imagen del Santo, asociándolos a sus ideales políticos y dinásticos. La exposición "Santiago y la Monarquía de España (1504-1788)" pretende, precisamente, aportar algunas claves relevantes, necesarias para explicar este fenómeno que desborda los planteamientos unidireccionales. La muestra articulada en ocho secciones, recuerda la estrecha y fecunda relación entre Santiago y los Reyes de España durante los siglos XVI, XVII y XVIII.