El apremiante título de este libro no hace sino reflejar la urgencia de una tarea que, según el autor, no se puede soslayar por más tiempo: España necesita un cambio de modelo productivo que, forzosamente, tiene que apoyarse en el sector industrial. Porque, sin una base industrial sólida, la economía española no podrá prosperar. El análisis de la evolución y de la situación actual de este sector no arroja datos halagüeños: el peso de la industria en el PIB se desplomó un 30% desde 2008 hasta 2012 (frente al 12% de la media europea), y si en 1976 ocupaba a casi 3,5 millones de personas, en 2013 no alcanzaba los 2,3 millones. Sin embargo, a pesar del proceso desindustrializador de los últimos años, el sector secundario continúa siendo trascendental en la economía española, debido a su inigualable capacidad de generar, absorber y difundir todo tipo de innovaciones, así como de vertebrar el territorio. Por eso el lector no encontrará en estas páginas solamente inquietud por la decadencia reciente de la industria y sus efectos en el empleo, sino que, tras describir pormenorizadamente los cuatro grandes desafíos de la industria española (productividad, competitividad, tecnología e innovación, internacionalización), se proponen una serie de reformas para establecer ese nuevo modelo productivo. Así, con un lenguaje claro y divulgativo pero técnicamente riguroso, esta obra interpela a todos los agentes involucrados y a la sociedad en general para crear un nuevo contrato social que se erija sobre la base de una política industrial estratégica que nos permita imaginar un futuro en el que se abra camino la confianza en la economía española.