El proceso por el cual la arquitectura da forma a la ciudad y al habitar de los seres humanos y el habitar de esos seres humanos que da sentido a la arquitectura, encuentra en Sáenz de Oíza un actor de una capacidad intelectual y creativa inagotable, puesta al servicio de ese diálogo imprescindible entre arquitectura y seres humanos.

Sáenz de Oíza construye desde la emoción y el entendimiento racional, desde el entendimiento intelectual y el abrazo emocional del proyecto arquitectónico, un quehacer y una propuesta arquitectónica única y heterodoxa, en la que intenta abarcar la totalidad del mundo al que se enfrenta en cada proyecto.
Este trabajo recorre, en torno a dos proyectos suyos, el camino, el proceso en el que fueron generados, intentando encontrar las claves de su quehacer y aquello que tienen de modelo de aprendizaje, la manera en que estos se relacionan con sistemas actuales del pensamiento, del análisis de la realidad y su quehacer.

El sentido de este camino es encontrar esas acciones que soportan el desarrollo de un proyecto arquitectónico. La compleja relación que el sistema de creación de la arquitectura establece con la sociedad, la manera en que uno y otro se relacionan y entran en sintonía o indiferencia.