Este libro es una secuencia de ventanas desde las cuales el lector mirón puede asomarse a distintos aspectos de la obra de Proust. Podrá leérselo del principio al fin o del fin al principio, podrán saltearse capítulos. No obstante, en cualquiera de sus partes, como en los textos de Proust, se presentará la totalidad unitaria de la presencia de los trabajos proustianos. Más esta totalidad sólo es puramente virtual, una posibilidad que reclamará la ayuda del lector intérprete, por eso, si tomamos como modelo a la Recherche, se presentan aperturas diferentes de una obra inacabada. Si todo texto tutor en Proust es un pretexto, como dice Barthes, entonces, la filosofía, la crítica, la teoría sólo pueden estimarse como papelotes, como los mismos manuscritos proustianos que se extienden más allá de la formalidad de un libro. No habrá biografía ni modelos ni claves cuando la ficción tiene el toque proustiano. La puesta en crítica de las nociones de autor, género, lector, obra, podrán sólo confrontarse con los esbozos que el mismo novelista nos dejara como un juguete formal ante la implacable tensión de la angustia, la nada y la muerte. Escribir sobre Proust es, pues, una aventura, una praxis imaginaria, con plena conciencia de la sentencia de Adorno: Proust liberó al lector (y al crítico) de la pretensión de ser más inteligente que el autor. Así escapa a las reglas y se convierte en un clásico en el sentido de Compagnon, oscuro y perturbador para todas las épocas.