Una conocida frase de Mark Twain nos indica lo difícil que resulta cambiar nuestra manera de pensar. Lamentablemente, el cerebro nos gobierna y a veces prefiere esa comodidad en lugar del trastorno que puede suponer asumir que nuestra opinión estaba equivocada. Estos ensayos reúnen la experiencia de diversos pensadores y pensadoras que experimentaron un cambio rotundo en sus creencias. Nicolás Artusi, Fernando Duclós, Diego Golombek, Federico Kukso, Margarita Martínez, B rd Borch Michalsen, Agostina Mileo, María Moreno, Hinde Pomeraniec y Alejandro Tantanián cuentan por qué cambiaron de opinión y, sobre todo, qué implicó darse cuenta de que lo que pensaban era erróneo. En este libro, se deja ver esa tensión permanente entre nuestras concepciones arraigadas y cómo operan en la historia personal para verse modificadas.