El 25 de octubre del 79 d. C. podría ser la nueva fecha oficial de la erupción del Vesubio —y no el 24 de agosto como se ha supuesto durante mucho tiempo—, en otoño más que en verano, cuando la luz mengua y la cosecha ha terminado.

Es uno de los numerosos descubrimientos de las excavaciones emprendidas a partir del 2018 por Massimo Osanna, el director del yacimiento arqueológico de Pompeya. Se pensaba saberlo todo o casi sobre Pompeya, cuya visita permite realizar un viaje en el tiempo, sin imaginar que todavía había en la ciudad tesoros por descubrir. Los primeros resultados sobrepasaron todas las esperanzas, como atestiguan las magníficas residencias con cuidados frescos: la Casa de Orión con sus enigmáticos mosaicos, las inscripciones de la Casa del Jardín o la evocadora obra Leda y el cisne.

Gracias a los recientes avances tecnológicos sabemos mucho más sobre la vida cotidiana, los rituales y las fiestas de la ciudad. Esta nueva historia de Pompeya es la que Massimo Osanna se ha propuesto contar con un relato que muestra a la vez el trabajo realizado en una excavación arqueológica, repleta de información para quien sabe descifrarla. Siguiendo al investigador, el lector se cuela por todas partes: en casas con alcobas que se prestan a confusión, en las tabernas de los gladiadores, en las calles abandonadas abruptamente bajo el diluvio de cenizas ardientes que mataban a los pompeyanos allí mismo, dejándolos convertidos en estatuas eternas en su huida.