Desde hace décadas, existen corrientes teóricas que consideran la globalización como una fuerza que avanza inevitablemente en un sentido unívoco. Al mismo tiempo, estas miradas coexisten con aquellas que bajo tal rótulo engloban fenómenos por demás complejos y contradictorios. A partir de los aportes de la sociología, la ciencia política, la historia y la antropología, este libro se propone reflexionar sobre el vínculo entre globalización y dos fenómenos en apariencia contradictorios con ella: las religiones y los nacionalismos. Muchas veces pensados como espacios de resistencia a las tendencias trasnacionales, estos tópicos son tratados a partir de debates conceptuales y empíricos que muestran el carácter espasmódico de las grandes transformaciones sociales. De este modo, las diferentes contribuciones permiten hacer frente a dos caricaturas. Por un lado, a aquella ligada a visiones idílicas sobre una supuesta sociedad global que podría funcionar de manera desregulada a partir de la libertad de mercado. Por otro, aquella que considera que fenómenos como el avance tecnológico, la transnacionalización de las relaciones sociales, la porosidad de categorías identitarias y la disolución de las barreras estatales corresponden a una especie de mal absoluto, a veces vinculado a un irremediable decadentismo moral. Frente a estas miradas simplificadoras, los aportes de este libro construyen una perspectiva que, partiendo de problemas teóricos y empíricos, muestra la complejidad de una vida social cada vez más heterogénea, compleja y contradictoria.