En una sociedad opulenta, competitiva y económicamente inestable como la actual, el abuso de poder, la manipulación y la comunicación preversa se han convertido en un estilo de trabajo. En algunos casos, los conflictos entre los trabajadores no llegan a mayores, bien porque remite rápidamente, bien porque la persona afectada se da cuenta a tiempo y desarrolla recursos para afrontarlos. En otros, las consecuencias de lo que hoy se conoce como mobbing u hostigamiento psicológico en el lugar de trabajo son alarmantes. La aparición de transtornos físicos y psíquicos deriva fácilmente en depresión o estrés con ansiedad y puede llevar a las víctimas a abusar de tranquilizantes o del alcohol y, en casos extremos, incluso al suicidio