La cartografía que estamos contemplando es la representación del mundo antes del Descubrimiento de América y por tanto del Tratado de Tordesillas. La forma en que se nos presenta es la de un mapa-portulano y su autor fue Abraham Cresques, que lo pintó en su escuela familiar de la isla de Mallorca en la década de 1370 a 1380.

La historia que envuelve a esta joya cartográfica, única en el mundo, nos cuenta que su elaboración la hizo Cresques por encargo del rey aragonés Pedro IV para cumplimentar un ruego del rey de Francia Carlos V que deseaba tener un mapamundi de calidad y que incorporase los últimos descubrimientos.
El mapa original se encuentra en Francia, en la Biblioteca Nacional de París donde resulta difícil visitar por su valía y por su formato aparatoso, pues está compuesto por 12 tablas de 25 cms de ancho por 65 cms de alto cada una, lo que le da una medida total de 3 metros de largo por 65 cms de alto.

El contenido de este documento gráfico es el Mundo Medieval tal como se concebía tras los viajes de Marco Polo. Observamos un Mediterráneo perfectamente dibujado así como toda la Europa representada en cuatro tablas, mientras que las otras cuatro están mostrando el mítico mundo oriental.

A lo largo de la carta encontramos abundantes explicaciones de geografía, historia y leyenda, así como una profusa ornamentación figurativa con reyes, ciudades, gallardetes, camellos, elefantes, sirenas de doble cola, barcos, juncos, etc. Esta decoración oculta hábilmente el desconocimiento de la geografía real a través de ríos y montañas imaginarios, escenas de mercaderes recorriendo la ruta de la seda, leyendas proféticas y del Apocal¡psis, y un sinfín de imágenes cuidadosamente realizadas.

Este ejemplar es copia directa del primer facsímil que se ha realizado en madera, como el original, con tratamiento informático del color y respetando la reproducción exacta del ejemplar que se encuentra expuesto al público en el Museo del Tratado, en la ciudad de Tordesillas, la provincia española de Valladolid.