Este libro concluye una docena de años de investigaciones sobre los policías de los países occidentales. Para la mayor parte de los países extranjeros, se dispone desde hace algunas décadas de una abundante bibliografía, alimentada por una tradición de investigaciones empíricas cuyo pionero fue, a comienzos de los '50, W. A. Westley, en la Universidad de Chicago. Francia fue la excepción hasta 1982, fecha en que la apertura de la institución policial a la investigación en ciencias sociales fue decidida por Jean-Marc Erbés, entonces director de la formación de la Policía Nacional. Él no ignoraba que iba así contra la cultura de una institución y de una profesión tradicionalmente desconfiadas con respecto a toda mirada exterior, espontáneamente percibida como intrusiva, y que al hacer esto se arriesgaba un poco. Doce años después, este célebre académico, al frente del Instituto de Altos Estudios de la Seguridad Interior, había institucionalizado la investigación en ciencias sociales en el Ministerio del Interior, y le había dado sus cartas de creencia en el seno del mundo policial. Este libro concluye una docena de años de investigaciones sobre los policías de los países occidentales. Para la mayor parte de los países extranjeros, se dispone desde hace algunas décadas de una abundante bibliografía, alimentada por una tradición de investigaciones empíricas cuyo pionero fue, a comienzos de los '50, W. A. Westley, en la Universidad de Chicago. Francia fue la excepción hasta 1982, fecha en que la apertura de la institución policial a la investigación en ciencias sociales fue decidida por Jean-Marc Erbés, entonces director de la formación de la Policía Nacional. Él no ignoraba que iba así contra la cultura de una institución y de una profesión tradicionalmente desconfiadas con respecto a toda mirada exterior, espontáneamente percibida como intrusiva, y que al hacer esto se arriesgaba un poco.