Al pasear por un bosque, una pradera en la montaña o la ribera de un río, se pueden observar los colores de las flores silvestres que embellecen cada paisaje. Pero más allá de su belleza, son seres vivos con unos procesos vitales muy sofisticados, verdaderos laboratorios vivientes que producen materia y también tejidos verdes, grasas, proteínas y azúcares. Las plantas sintetizan, absorben agua, la evaporan por transpiración, respiran. Sus grandes formaciones, es decir, los bosques, son capaces de cambiar las condiciones climáticas locales, y su utilización, entre otras muchas cosas, ha servido de base para el conocimiento farmacéutico actual. Cuando observamos de cerca las plantas, caemos en la cuenta de que algunas tienen características similares y otras no. Estos caracteres nos permiten identificar y clasificar las especies, los géneros y las familias de plantas. Así, podemos saber qué entendemos por especie vegetal, cómo se diferencian unas especies de otras y cómo se nombran. Este libro pone de manifiesto la importancia del estudio de las plantas silvestres en España, concretamente las vasculares, las más evolucionadas, las que son dominantes en la actualidad. La investigación botánica que se lleva a cabo en universidades y jardines botánicos, sobre todo de flora y vegetación, debería ser relevante y estar más cercana a la sociedad porque los conocimientos que se generan son aplicables en un sinfín de actividades humanas, como la ordenación del territorio, las obras públicas, la urbanización, la conservación de la naturaleza, el manejo de los bosques, las repoblaciones forestales o la prevención de incendios forestales.