Conservados en su gran mayoría por su propio autor, los artículos que componen Las ideas y los días tuvieron que esperar varias décadas para ver nuevamente la imprenta o para verla por primera vez. Así, procedentes de diversas Columnas de redacción de Diarios (entre las que más destaca es, precisamente, #Las ideas y los días# del Diario El Nacional, por su abundante producción entre los años 1947- 1948), de revistas de divulgación o de la inédita privacidad de las reflexiones, los artículos que aquí se reúnen tienen una vigorosa tonalidad en sus formas de discurrir con las ideas, lo cual los dota de una particular vigencia ante el correr de los días. No se trata de artículos periodísticos, sino de las expresiones diversas ofrecidas, con gran arte de palabra (en castellano y catalán) a la #generalidad de los cultos#, por uno de los más célebres e ilustres pensadores de Iberoamérica del siglo XX. Esto es lo que permite comprender que sus pensamientos y afirmaciones no se sometan a la descripción de hechos o a una somera estimación de los acontecimientos #del día anterior#. Antes bien, los artículos aquí reunidos son vigentes porque generan el espacio en que las ideas adquieren una dimensión pública, es decir, compartida, en la comunicación cotidiana, en torno a los problemas permanentes de la situación vital contemporánea, desde las reflexiones críticas del filósofo que busca dar razón y clarificar el acontecer mismo de la existencia. Las ideas y los días son tejidos, con expresiones de gran arte, con esta intención de un extremo a otro, como franco testimonio de la perseverancia vocacional, desde 1939 hasta 1989, en la búsqueda permanente de la verdad y la enseñanza del oficio del pensar que mantuvo excepcionalmente Eduardo Nicol.