La capacidad esencial de los directores excelentes es la aptitud y la perspicacia para la práctica de la visión de conjunto. Y esto es tanto más cierto cuanto más elevado sea el nivel directivo que se considere. Incluso, en la actualidad, tan caracterizada por constantes cambios, resulta aún más trascendental la posesión de esta capacidad. Estas afirmaciones nada tienen de novedosas, ya que son reconocidas como ciertas por muchos gerentes y autores de temas propios del management. Sin embargo, paradójicamente, la inmensa mayoría de las publicaciones, cursos o seminarios y las enseñanzas regladas en las Escuelas de Negocios y en las Facultades de Administración o de Ciencias Empresariales se centran, sistemáticamente, en los análisis, los estudios pormenorizados, la especialización en aspectos o cuestiones parciales, etc., sin apenas prestar atención a la aptitud para las visiones globales o de conjunto. Claro está que el director ha de valerse de análisis, de recomendaciones de especialistas, de conocimientos minuciosos aportados por sus colaboradores o por otros...; pero todo eso no constituye la esencia de su propia tarea, sino el soporte y los instrumentos de su auténtica labor, centrada en visiones globales. El presente libro lleva a cabo un profundo y novedoso estudio sobre el tema, y ofrece una guía práctica original para que los gerentes puedan canalizar sus esfuerzos, orientándolos productivamente hacia el perfeccionamiento de esta aptitud. Para ello, esta obra hace referencia a muchos casos extraídos de las realidades empresariales, y los estudia en cuanto que constituyen ejemplos prácticos o manifestaciones concretas de situaciones en las que la visión de conjunto juega un papel fundamental. Asimismo, en cada capítulo se destacan ideas clave y sugerencias para la reflexión, y se proponen ejercicios para que el lector los adapte a su caso concreto o para que sirvan de base a debates en grupo.