Tienen por exclusivo objeto estas páginas poner de relieve la forma y la manera como se ha desarrollado en España el principio de la reforma constitucional. Como dice en el prólogo el autor: si estamos realmente capacitados para aprovechar las enseñanzas que la Historia encierra en sus páginas, muchas y muy fecundas lecciones encontraremos en el estudio de las causas que determinaron la frecuencia de los cambios de las Constituciones, en el examen de las apasionadas discusiones a que dieron lugar, y en la apreciación de las consecuencias engendradas por la aplicación de los preceptos contenidos en cada una de aquéllas. Lo primero que salta a la vista es que desde 1810, en que comienza el ciclo constitucional en España#porque de la Constitución de Bayona sólo puede hablarse como de un dato histórico, toda vez que ni llegó a regir ni ejerció influencia alguna en la vida nacional#, desde 1810 hasta 1885, en cuya última fecha los partidos que vivían dentro de la legalidad renunciaron definitivamente al perturbador empeño de defender cada uno distinta Constitución e imponen ésta a todos los demás elementos sociales, puede decirse que el país no gozó un solo momento de tranquilidad.