La Historia no puede entenderse hoy sino como historia social. Y menos aún sin el concepto de movilidad social, uno de los ejes esenciales del llamado Antiguo Régimen. Al contrario de lo que se podría pensar, durante los siglos XVI, XVII y XVIII la monarquía hispánica fue un terreno abonado para la movilidad. El peso de las minorías, el papel del funcionariado, las ansias de ennoblecimiento, los orígenes que hobía que ocultar, la creciente importancia de la riqueza en la escala de valores,., y, por supuesto, las legítimas aspiraciones personales, contribuyeron a esa realidad. En las páginas de Lo Movilidad Social en lo España del Antiguo Régimen, y de la mono de reconocidos especialistas de lo Historia Moderna, el lector encontrará grupos profesionales, familias e individuos que se empeñaron en progresar o se resistieron a menguar, España y sus Indias nos ofrecen abundantes ejemplos, y aquí se desvelan algunos de ellos, en campos tales como la Administración española y colonial, la Iglesia, el Ejército, la nobleza o el ámbito laboral, donde las mujeres contaban mucho más de lo que tradicionalmente se ha señalado. En definitiva, bajo, o tal vez, sobre las instituciones y estructuras sociales emergen personas y familias con sus propios planteamientos de vida, sus ilusiones, sus logros... y también sus frustraciones.