La II República Española y sus primeros representantes
- ISBN: 9788496887008
- Editorial: Mercurio Editorial
- Fecha de la edición: 2013
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 24 cm
- Nº Pág.: 410
- Idiomas: Español
El libro está relacionado con el hallazgo de parte del archivo del abogado Ignacio Díaz de Aguilar, junto a otros documentos y papeles de su vida en Madrid, siempre relacionada con su procedencia canaria, la política, la milicia y el Derecho. Activo defensor de la división provincial durante la Dictadura de Primo de Rivera, monárquico y gentilhombre del rey Alfonso XIII, proclamada la Segunda República continuó su vocación política y se incorporó al equipo de su amigo y paisano Rafael Guerra del Río, ministro de Obras Públicas y destacado republicano radical, desempeñando un cargo de perfil más técnico que político como Comisario del estado en la Compañía de Ferrocarriles de la Zona Centro.
Como a miles de personas de su generación, la tragedia en la que acabó la II República dejó a Ignacio Díaz de Aguilar marcado para siempre. Además de la pérdida de familiares y amigos de diversas orientaciones políticas, vivió el desmoronamiento de más de cincuenta años de actividad política, pues había nacido en el inicio de la Restauración y vencida la II República se acabó el marco liberal en el que siempre se había desenvuelto.
La obra de Jorge A. Liria contribuye a reconstruir la historia política democrática de este país, todavía bastante inédita, pues no acaba de encontrar una solución a problemas que otras sociedades avanzadas y modernas como la nuestra resolvieron hace mucho tiempo. Durante años, en nuestro país se ha denostado y descalificado la política, lo que ha generado enormes connotaciones negativas, pero gracias a esta obra podemos recordar a un exponente de grandes políticos de todas las corrientes, especialmente en estas Cortes de 1931.
A doscientos años de las Cortes de Cádiz, e integrados ya en Europa, quedan por resolver muchos problemas, incluso con la Constitución de 1978, porque no se ha llegado al suficiente grado de civilidad, de separación de poderes y de confianza en las instituciones democráticas y en las leyes. Alumbrar y repasar muy detenidamente esta historia contemporánea y conocer la tradición política democrática aportará elementos para mejorar y entender la práctica política.