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La estela de los viajes

La estela de los viajes
de la historia a la literatura

  • ISBN: 9788496655140
  • Editorial: Fundación Botín
  • Lugar de la edición: Santander. España
  • Colección: Cuadernos de la Fundación M. Botín
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 24 cm
  • Nº Pág.: 225
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
10,00 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

"Para escribir un solo verso -dice el rilkeano Malte Laurids Brigge en sus Cuadernos- es necesario haber visto antes muchas ciudades, conocido hombres de países diversos y tantas otras cosas". Para la tradición clásico-romántica el viaje se había constituido en el método por excelencia del aprendizaje y la escritura. Ésta se inventa o se construye como relato de una experiencia que se afirma a sí misma en tanto descubrimiento o resonancia del tiempo de las cosas y de los hombres, de esa especial deriva a la que están sometidos los acontecimientos. Sólo desde la proximidad de esta variación de lugares y hechos, de hombres y lenguas, parecía posible el afirmarse de una comprensión de lo humano que definiera una mirada ajena a aquella otra, acostumbrada a perfiles familiares, a la ley de lo mismo. No importa si este descubrimiento de lo otro acarrea el desconcierto o la emoción, la extrañeza o el entusiasmo. Winckelmann, dedicado a ordenar las colecciones antiguas de la Villa Albani, o Goethe, en paños menores, asomado a la ventana de su habitación del Corso romano, tal como aparece en el boceto de Tischbein, pueden ser la expresión de esta pasión o de aquel desconcierto, pero en ambos casos son ya el resultado de una experiencia que sólo el viaje es capaz de producir. Ulises inauguró una tradición que concedía al viaje la capacidad descubridora de otros mundos, lugares lejanos, llenos de sorpresas. Más tarde, el viaje pasaba a ser la metáfora por excelencia de la vida humana, esa peregrinatio vitae que señala el sentido cristiano de la existencia. O aquellos otros viajes de iniciación, de pasaje, de llegada, de descubrimiento, o los que nacen de la ansiedad de una búsqueda utópica que los sueños habían antes dibujado y depositado después en la mil y una islas felices. Y aquellos otros "viajeros verdaderos" que Baudelaire en la Fleurs du Mal definía como aquellos "qui partent pour partir", sin conocer el destino de un viaje rodeado de quimeras y otros peligros. En fin,

Ed. Francisco Jarauta. (Observatorio de análisis de tendencias)

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