La obra analiza sin duda uno de los temas más interesantes e importantes del Derecho todo y que, además, no sólo ha permitido la pervivencia del Derecho contractual sino que asegura su adaptabilidad permanente a las nuevas necesidades, por cierto con más agilidad que los mismos Códigos, respaldando el futuro del contrato como instrumentos válido de interrelación de intereses, preservando el debido cuidado del bien común. Sin duda, el aumento del volumen de la contratación, y la sensación de desprotección y desigualdad entre las partes, conllevaron en que en la actualidad se buscara una doctrina, que garantizara comportamientos que fundamentaran lealtad y rectitud en la época de las negociaciones. Elló determinó que el estudio de la buena fe, sea esencial e ineludible para el conocimiento y aplicación del derecho.

Gracias a la vigencia del principio general y fundamental de la buena fe, podemos decir que el ejercicio de los derechos es ético y solidario y que la persona encuentra en el contrato, el verdadero medio de interrelación de intereses que permite una convivencia pacífica. La buena fe como una norm ageneral de conducta, no solo ayuda a interpretar, sino que integra y crea pautas de consucta dentro del sistema jurídico, operando tanto del contrato como de todo el ordenamiento jurídico. No existe entonces una libertad indiscriminada al contratar, sino que la libertad debe estar inspirada en todo caso en el principio de la buena fe. Es por tanto una norma jurídica que obliga a todo sujeto a que actúa en el tráfico a un deber objetivo de lealtad, transparencia, rectitud , honestidad, fidelidad y colaboración.