Las ciudades crecen y viven gracias a la inmigración. Y aunque esto sea bien sabido, la historiografía española necesitaba un estudio que indagara con profundidad en la manera en que contribuyeron al crecimiento y transformación de las ciudades aquellas gentes que llegaron ante sus puertas, en riadas cada vez más caudalosas, a partir de mediados del siglo XIX. Fue entonces, coincidiendo con la profunda reconfiguración de la economía española, a golpes de industrialización y de reforma liberal, cuando se produjo el despertar de la ola urbanizadora contemporánea en España: ciudades que multiplicaban su población, derribaban sus viejas murallas para construir otros barrios donde acoger a los vecinos nuevos, procedentes estos cada vez de lugares más lejanos y más diversos y que contribuyeron a disolver la vida tradicional y a forjar una sociedad urbana moderna, de nuevo cuño.

Hasta ahora conocíamos este proceso por haber sido descrito en historias particulares de ciudades, sin embargo, la historiografía española carecía de un estudio de conjunto que pudiera ser calificado de verdadera historia urbana. El presente volumen pretende colmar este vacío, ofreciendo al lector una reflexión comparada e integrada entre diferentes casos representativos de la diversa evolución que sufrieron las ciudades españolas a partir de 1850. Así, se aborda el caso de la Ría de Bilbao, exponente de la conurbación industrial, el de Madrid capital como ejemplo más acabado de ciudad de servicios modernos y producción industrial, Santiago de Compostela como muestra de la urbanización en ausencia de producción fabril y Jerez de la Frontera como ciudad portuaria y comercial.

Lejos de presentarse como estudios yuxtapuestos, los trabajos aquí reunidos abordan el estudio de las relaciones entre migración y transformación urbana con metodología y fuentes similares, además de con preguntas e inquietudes confluyentes. Tal coordinación es el fruto de ya largos años de discusión y cooperación entre grupos de investigación de distintas universidades españolas y de una reflexión que ha querido entender la sociedad urbana no como el mero agregado o la competencia de distintas localidades, sino como el tejido de una red de interdependencia cada vez más íntima entre las ciudades dispersas por la geografía española.