La iglesia de Santiago de Compostela ha catalizado el desarrollo de la ciudad circundante a lo largo de la Edad Media, de manera que la configuración del núcleo y la evolución de la sociedad y economía urbanas aparecen intimamente ligadas al devenir de la propia institución. Pero la iglesia medieval ejerce igualmente su influencia sobre dos aspectos que han dejdo buena huello y cuya atención ha de ser obligada en cuanto al principal centro urbano del reino de Galicia: la vida cotidiana y la mentalidad colectiva. Esta monografía no pone el foco en la propia existencia diaria de la institución eclesiástica, ni en hechos ya conocidos, sino en la vida de la ciudad misma durante los siglos medievales, examinando cómo la presencia catedralicia y episcopal, la iglesia compostelana, ha afectado en comportamientos y sectores: la producción libraria, la percepción del entorno, la consideración de las edades de la vida, la relación entre los habitantes y vecinos, vestidos y comidas, la presencia concejil... Todo ello tiene su cierto y destacado matiz a través de la presencia eclesiástica. Tomarán aquí la iniciativa el mundo urbano, sus formas y el pensamiento cotidiano, sobre testimonios que permitan desgranar y conocer la vida del día a día en la ciudad y cómo la influencia eclesíastica ha colaborado o mediatizado la definición de la cotidianeidad en los siglos XII al XV.