El cine proporciona conocimiento y está conectado de forma esencial con la educación porque es una vía básica de acercamiento al mundo. En la pantalla aparecen personajes de acción con personalidades definidas que nos emocionan como espectadores y con los que nos podemos identificar pero el cine interviene también en la construcción de Identidades, la mayoría de las veces facilitando los mecanismos de integración del individuo a la sociedad pero de otros reforzando los rasgos de las personas y su derecho a la diferencia incluso por encima de la presión social. La identidad de estos personajes nos ayuda a comprender la gran diversidad y complejidad de la identidad humana. Los profesionales de la educación no pueden estar al margen de la reflexión sobre este carácter formativo del cine, en su sentido más profundo, de la personalidad humana. Por supuesto, la Escuela debe preparar a los alumnos para que adopten una visión crítica de la cultura audiovisual. Es también una tarea ineludible la lucha contra los estereotipos, que contribuye a difundir la pantalla y bajo la fuerza de los que vivimos. Así pues, la Escuela debe vivir atenta a estos dos polos del cine como formador y deformador de nuestra personalidad, del cine como génesis de la conciencia de nuestra identidad y como responsable de la enajenación de ésta. Es alrededor del cine como ayuda o impedimento a una plena identidad personal que gira este nuevo volumen de la serie Didáctica de la Pantalla, expresión del grupo de innovación didáctica espaiCinema de la Universidad de Valencia. La reflexión sobre cine, educación e identidad va dirigida a profesionales y estudiantes de educación y es de interés también para cualquier persona que desee profundizar en la comprensión de la humanidad.