Este libro reconstruye el desarrollo de la Guerra Civil en el norte extremeño, donde no faltaron bombardeos republicanos sobre las principales poblaciones y puntos estratégicos, sabotajes de comandos, flujo de tropas, un campo de concentración, etc.

La represión en la franja altoextremeña fue brutal en las primeras semanas de la sublevación. Más de medio centenar de placentinos y comarcanos fueron ejecutados y arrojados a fosas comunes del cementerio civil de la ciudad. Sin enumerar las palizas, castigos vejatorios, depuraciones, elevadas multas y otras formas de represión generalizada a los atemorizados militantes de los suprimidos partidos y sindicatos de izquierdas.

Un repaso apasionante y conmovedor de la Plasencia de aquellos días, que consiguió una aparente normalidad institucional, mientras se convertía en una destacada población de retaguardia, creándose media docena de hospitales de sangre, y siendo un referente en labores logísticas, de acomodo y avituallamiento de tropas. Todo ello mientras aumentaba la delincuencia y se degradaba la moralidad pública, en medio del hambre y la miseria generalizadas.