La hiperglobalización, como segunda fase de la Sociedad de la Información, nos coloca frente a una nueva realidad, marcada por la aceleración exponencial de los avances tecnológicos. Estamos delante de otro estadio de la evolución de la globalización, en el que la capacidad de procesamiento, aceleración y tratamiento de información y datos alcanza nuevos niveles. Es el producto de la acción conjunta de la inteligencia artificial, cloud computing, big data, robótica, expansión de algoritmos de toda índole, drones, internet de las cosas o computación cuántica. El impacto tecnológico que se produce en las sociedades (en las personas, en las empresas y en los gobiernos) tiene un efecto disruptivo, que genera la aparición de nuevos productos y servicios y con ella la desaparición de otros.

Los efectos de esta evolución afectan al mercado de trabajo, al potencial innovador en todos los sectores productivos y de servicios, por supuesto al desarrollo de nuevas capacidades militares, al modelo de gobernanza mundial, a la capacidad de atracción de los modelos democráticos y por supuesto a la ciudadanía. El impacto del cambio tecnológico tiene también implicaciones geopolíticas con retos y oportunidades nuevas para Europa.