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Formularios procesales civiles internacionales

Formularios procesales civiles internacionales

  • ISBN: 9788498367973
  • Editorial: Editorial Comares
  • Lugar de la edición: Granada. España
  • Edición número: 2ª ed
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 23 cm
  • Nº Pág.: 545
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
45,00 €
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Resumen

El objetivo de unos formularios legales bien redactados consiste en lograr que el mensaje que se transmite a través de los mismos llegue del modo más claro y directo tanto al tribunal como a la parte contraria. Para ello, el rasgo fundamental que deben presentar los formularios legales es su precisión, como se expone en la muy útil e interesante obra de J. SÁEZ GONZÁLEZ (Coordinador), Cómo hacer una demanda (y algunas cosas más), 4.ª ed., actualizada, Tecnos, Madrid, 2010), cuyos consejos se siguen en los párrafos posteriores, adaptados a la práctica forense internacional. Debe, por tanto, huirse de fórmulas caducas cargadas de giros lingüísticos ya superados y que constituyen sólo herencias de un pasado legal trasnochado. Tales fórmulas, en definitiva, enturbian y complican el mensaje a transmitir. La precisión en la redacción de los formularios requiere la concurrencia de dos elementos distintos: un lenguaje comprensible y un orden escrupuloso en la exposición de los hechos y argumentos legales. Por lo que se refiere al lenguaje, se abusa en la práctica forense del gerundio, así como de las oraciones subordinadas, coordinadas y relativas. Y por lo que atañe a la ordenación de hechos y argumentos, es frecuente encontrar en ciertos formularios legales una acumulación desordenada de los mismos que alcanza una complejidad tan oscura, que no permite averiguar qué es lo que se pretende transmitir en el escrito. La redacción de los formularios legales, y especialmente los empleados en la práctica jurídica internacional, debe estar siempre guiada por la precisión. En cuanto al lenguaje, es recomendable utilizar un lenguaje propio de los tiempos presentes, perfectamente comprensible por todos los destinatarios del escrito. También es aconsejable emplear, exclusivamente, los vocablos, términos legales y demás tecnicismos jurídicos que resulten imprescindibles por ser conocidos por todos los prácticos del Derecho, pues constituyen un ejercicio de economía idomática y sirven

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