Este libro aborda las resistencias científicas y las acusaciones de falsabilidad a las que tuvo que hacer frente en el siglo XIX Marcelino Sanz de Sautuola tras descubrir en 1.879 las pinturas paleolíticas de la cueva de Altamira. Fueron momentos de cambio paradigmático en relación al conocimiento del pasado prehistórico del hombre. Coetáneo a Altamira fue el propio nacimiento de la Prehistoria al amparo de las teorías evolucionistas y con el respaldo del descubrimiento de fósiles animales extinguidos, objetos de arte mueble paleolítico, huesos y esqueletos de especies homínidas, y las estatuas de la antigua civilización ibérica. Descubiertas hasta la actualidad mas de trescientas cuevas con arte paleolítico, la mayor dificultad a la que tuvo que hacer frente Sanz de Sautuola fue que Altamira era la primera y la única cueva con pintura paleolítica descubierta. Fue la primera, y está considerada por muchos la cumbre artística del arte paleolítico. Su rechazo constituye hoy en día uno de los hechos mas lamentables de la Historia cultural de la humanidad.