Coords. Josefina Alventosa del Río, Rosa Moliner Navarro. La vida y obra del profesor Lalaguna, revelan una noble personalidad y una fecunda labor universitaria. Su personalidad y trabajo responden, sin duda, a una vocación claramente sentida y a una dedicación fielmente mantenida. De él pudo afirmar ya hace años Simó Santonja que "ha partido de un principio personal básico: su autoexigencia, al exigirse a si mismo una conducta humana vocacional abocada a la ciencia civilística". El perfil de Lalaguna es ciertamente ejemplo de una vida entregada exclusivamente a la Universidad. Entrega que se ha traducido en una obra consagrada esencialmente al Derecho civil, la disciplina que él creía ya en 1977 que "es el eje diamantino que mantiene la unidad del sistema jurídico español". Era justo que una figura semejante tuviera, tras la jubilación académica, un reconocimiento público expresado a través de un libro- homenaje. Y como es la Facultad de Derecho de Valencia -donde Lalaguna se formó como alumno y donde a su vez ha sido después maestro- la Facultad más ligada a su vida, es natural que desde ella se haya promovido el homenaje que tiene expresión en este libro.