En un ensayo anterior, "La próxima Edad Media", J. D. Sacristán ponía el acento en el agotamiento de nuestro modelo de civilización y en la amenaza de un final catastrófico. Ahora, tras analizar cómo funciona y por qué falla el actual sistema económico (el metabolismo de nuestra civilización), plantea la siguiente pregunta: ¿qué deberíamos hacer para evitar la edad oscura si todavía estuviéramos a tiempo? Por supuesto, dice, cambiar el sistema económico. Pero, además, esa tarea, llena de dificultades prácticas, no se podrá llevar a cabo sin cambiar también de alma, sin un nuevo sistema de referencias en sustitución de los viejos relatos del mundo erosionados por el conocimiento científico e inservibles en el mundo global. El problema es que apenas hay tiempo. Los próximos veinte años serán críticos, porque no se acierta a ver cómo podríamos seguir veinte años más cometiendo los mismos errores. Es un margen demasiado corto como para no ser escépticos, pero la peor opción es abandonarse a la inercia del presente. En estas páginas, junto a la urgencia y al escepticismo, el lector encontrará propuestas constructivas y una imagen del mundo estimulante para fundar un futuro más humano. Desde nuestro laberinto de cristal podemos vislumbrar un luminoso mundo exterior. ¡Y nos urge alcanzarlo!